Descubren a la estrella enana blanca más caliente de la Vía Láctea

Astrónomos de las Universidades de Tübingen y Potsdam (Alemania) han identificado a la enana blanca más caliente de la Vía Láctea, con una temperatura de 250.000 grados Celsius. Esta estrella moribunda, conocida como RX J0439.8-6809, se encuentra en los límites de nuestra galaxia y ya ha entrando en la fase de enfriamiento. Los investigadores también fueron los primeros en observar gas intergaláctico moviéndose hacia la Vía Láctea, lo que indica que las galaxias recolectan material fresco del espacio profundo, el cual utilizan para fabricar nuevas estrellas.
Estrellas con masas relativamente bajas, como nuestro Sol, se vuelven extremadamente calientes al final de sus vidas. La superficie del Sol ha mantenido una temperatura constante de alrededor de 6.000 grados Celsius desde su nacimiento hace 4.600 millones de años. Dentro de 5.000 millones de años, cuando se agote su fuente de energía nuclear, el Sol incrementará su temperatura hasta los 180.000 grados antes de enfriarse y convertirse en una enana blanca. Las simulaciones por ordenador sugieren que incluso podría volverse más caliente que eso. La mayor temperatura registrada en una estrella moribunda es de 200.000 grados Celsius.
Los investigadores evaluaron el espectro ultravioleta de la enana blanca RX J0439.8-6809 , captado por el Telescopio Espacial Hubble, y determinaron que la temperatura alcanza los 250.000 grados, una temperatura que solamente pueden alcanzar las estrellas con 5 veces la masa de nuestro Sol. RX J0439.8-6809 ya ha entrado en la fase de enfriamiento. Al parecer alcanzó una temperatura máxima de 400.000 grados hace unos mil años. Los análisis muestran que el carbono y el oxígeno están presentes en su superficie – productos de la fusión nuclear del helio – un proceso que usualmente toma lugar en el núcleo de una estrella.
RX J0439.8-6809 fue observada por primera vez hace más de 20 años como un punto muy brillante en imágenes de rayos X, indicando una gran fuente de calor. Originalmente se pensó que se trataba de una enana blanca en plena fusión nuclear debido a la extracción del hidrógeno de una estrella acompañante. Los astrónomos también asumieron que se ubicaba en el barrio local de la Vía Láctea, más precisamente en la Gran Nube de Magallanes. Pero nuevos datos proporcionados por el Hubble muestran que la estrella se encuentra a las afueras de la Vía Láctea y se está alejando de nosotros a una velocidad de 220 kilómetros por segundo.
El espectro ultravioleta de la estrella arrojó otra sorpresa. Muestra la presencia de gas que no pertenece a la estrella, forma parte de una nube que se encuentra entre la Vía Láctea y RX J0439.8-6809. El efecto Doppler le permite a los astrónomos determinar que esta nube de gas se está alejando de la Vía Láctea a 150 kilómetros por segundo. Los astrónomos sabían de la existencia de gases viajando a gran velocidad en dirección de la Gran Nube de Magallanes, pero no podían determinar si se encontraban en la Vía Láctea o en la Gran Nube de Magallanes. El haber encontrado dicho gas en el espectro de RX J0439.8-6809 confirma que el gas le pertenece a la Vía Láctea, pero su composición química indica que se originó en el espacio intergaláctico, siendo una evidencia de que las galaxias recolectan material fresco del espacio profundo, el cual utilizan para fabricar estrellas.
Fuente: http://www.uni-tuebingen.de/